Recopilación de seis cortos gayer con un tono que raya entre lo cotidiano, el softcore y lo lírico, de Gus Van Sant a la pura anécdota, pero sin dejar de resultar entrañable y, por momentos, mágico. El conjunto, la película, si se puede considerar como tal -y a fe, se puede, ya que Berger y Mónaco logran un ambiente unitario, con sentido aunque personajes e historias sean independientes-, el conjunto es una hora y cuarenta minutos de buen cine, con abundantes (y bonitos) planos de paquetes, de barrigas, de pechos, de personajes a los que el sexo, o el amor, les roza en un determinado momento de su vida. Pero solo dura un instante, si no lo cogen, si no atrapan la oportunidad, desparecerá, se perderá. Volátil. Incluso el título deja un sabor en la boca, como los frutos que prueba una de las chicas en un huerto, la comida que paladea sin mucha gana el accidentado, el beso que no llegan a darse (¿o sí?) los dos amigos, el listo y el inocente. También la música, extraña, a veces latiendo fuera de ritmo, en otra onda, colabora de un modo rotundo a que la película funcione, emocione.
Como en todas las películas divididas en capítulos, en cortos, hay altibajos. Pero, en este caso, los altos son tan altos, que el recorrido completo es placentero. Las cúspides son los trabajos de Berger, pero, por encima de todos, “Primo”, que cuenta con una fotografía y una elección de planos magistral, bellísima, al detalle, y una historia tan concisa y rotunda como la pincelada de un genio. Ardo en deseos de asistir al segundo volumen de esta aventura cinematográfica que, aún no lo he dicho, tiene acento argentino.
Vi varias de Berger. Esta noche busco El primo, a ver si la encuentro. La última trata un tema complicado y diría que lo maneja con cuidado. Es cierto que la tensión sexual que maneja mueve cosas profundas. Hay varis escenas de él que me dejaron sobreexcitado.
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Es un corto dentro de “Tensión sexual: Volátil”, a ver si lo encuentras. 😉
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